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Composición de 600 palabras sobre los antecedentes de la abuela

El viento otoñal soplaba sobre mi rostro, dejando una pizca de frescor, y las hojas caídas daban vueltas en el aire, dibujando un hermoso arco. Bajo el atardecer, tu figura es tan débil, pero en mi corazón, eres mi amor y mi fuerte respaldo.

Aún recuerdo que cuando era niño, te seguía al campo. Estás ocupado con tu trabajo agrícola, mientras yo me siento en la cresta del campo y te observo. En ese momento, tenías la espalda recta y una figura alta. En mi opinión, siempre eres muy capaz. Por la noche, un anciano y un joven arrastraron sus largas figuras y caminaron de la mano por el camino a casa bajo la puesta de sol. En este momento, siento tu espalda tan gruesa y cálida.

A medida que pasa el tiempo, vas menos alto. Su cabello es gris, camina tembloroso y su cuerpo erguido se vuelve delgado y tembloroso bajo el peso de la vida. Pero tu espalda todavía se mueve por la casa.

En la cocina hay muchas fragancias. Corrí a la cocina para ver cómo cocinabas. Me atraganté hasta las lágrimas por los fuertes vapores del aceite, pero parecías estar acostumbrado. Te pregunté si te ahogarías, sonreiste y dijiste: "Está bien, está bien". Pero puedo ver claramente que tus ojos están llenos de lágrimas turbias. Al mirar tu espalda curvada entre el humo, siento una angustia inexplicable en mi corazón. Quizás las tareas del hogar no sean nada en tu corazón, pero lo que dejo atrás es tu espalda cada vez más impotente.

Cuando llegué a casa para las vacaciones, vi que seguías tan ocupado como un trompo, alimentando a los cerdos y a las gallinas, cocinando, lavando la ropa… ocupándote de todo para toda la familia. Me quedo detrás de ti en silencio y te sigo. No quiero interrumpir el amor de un anciano por su generación más joven. Solo puedo seguirte silenciosamente para ayudarte. En este momento, siento que hay mucho amor en tu espalda.

El tiempo pasa sin querer, los años se arrastran sobre tu cuerpo, te hacen envejecer y hacen que tu cuerpo sano empiece a enfermar, pero tu espalda nunca cambiará. Siempre es tan familiar y cálido que me hace sentir angustiado y apegado a él.

Cierra los ojos y una imagen encantadora surge en tu mente: estás caminando lentamente por un camino rural y el sol poniente brilla sobre ti, dándote un brillo dorado que te hace ver su espalda tan alta. y sagrado.

No eres otra que mi querida abuela.

Abuela, tu espalda siempre será la más hermosa de mi corazón...