¿Cómo deben comer frutas los niños en verano?
El verano es la estación en la que abundan las frutas. Los niños que comen frutas pueden complementar vitaminas y minerales y mejorar la inmunidad. Las siguientes son algunas sugerencias:
1. Opciones diversificadas: En verano, puedes elegir una variedad de frutas, como sandía, uvas, fresas, cerezas, melocotones, ciruelas, etc. Los diferentes tipos de frutas contienen diferentes nutrientes y una variedad de opciones puede garantizar que los niños obtengan una nutrición integral.
2. Ingesta moderada: el clima es caluroso en verano, los niños son propensos a sudar y el cuerpo necesita más agua para mantener el equilibrio hídrico corporal. Por ello, a la hora de dar frutas a los niños se debe prestar atención a controlar la ingesta para evitar un consumo excesivo, que puede provocar indigestión o diarrea y otros problemas.
3. Presta atención a la limpieza: Las frutas en verano se contaminan fácilmente, por lo que se debe prestar especial atención a la limpieza. Puede enjuagar con agua corriente o utilizar un agente limpiador especial para frutas y verduras para asegurarse de que las bacterias y los residuos de pesticidas de la superficie de la fruta se eliminen por completo.
4. Combinación razonable: se pueden combinar diferentes tipos de frutas, lo que no solo puede aumentar la diversidad de gustos, sino que también permite que los niños obtengan una nutrición más completa. Por ejemplo, puede utilizar sandía y fresas para hacer jugo y melocotones y ciruelas para ensaladas.
5. No procesar demasiado: Las frutas de verano se pueden consumir directamente sin procesar demasiado. El procesamiento excesivo destruirá los nutrientes y la fibra de la fruta, lo que no es bueno para la salud de su hijo. Si se requiere procesamiento, elija métodos de preparación simples, como rebanar o cortar en cubitos.
En resumen, los niños deben prestar atención a opciones diversificadas a la hora de comer frutas en verano, consumirlas en cantidades adecuadas, prestar atención a la limpieza, mezclarlas razonablemente y no procesarlas en exceso. Esto no sólo garantizará que el niño reciba una nutrición integral, sino que también evitará problemas de salud innecesarios.