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Un ensayo de 900 palabras sobre los cuchilleros

Temprano en la mañana, abrí mis ojos nublados y somnolientos y vi a mi hermano sosteniendo un "nuevo dispositivo" en la mano. Nos dijo a mí y a mi abuelo con alegría: "Este es un regalo de uno de nosotros. Los antiguos compañeros de clase de mi padre." ¡La navaja suiza que le dieron vale 280 RMB!"

¡Mira! ¡Este sable mide unos ocho centímetros de largo, lleva un abrigo rojo y un logo de la Cruz Roja brillando al sol! Su forma también es muy especial: cuando lo levantas con la mano parece un pimiento rojo, y cuando lo sostienes plano en la mano parece un pez dorado rojo. ¡También viene con ocho herramientas! Son dos cuchillos afilados, un pequeño y exquisito cuchillo de trinchar, dos destornilladores para tapas de botellas, un palillo para hurgar los dientes, un pequeño clip para sujetar cosas y un pequeño tornado. ¡Guau! ¡Trae también un pequeño aro de hierro que podrás llevar contigo! No podía dejarlo mientras sostenía este sable. Me atrajo profundamente como un enorme imán.

En ese momento, el hermano menor que estaba al lado estaba ansioso, frunció el ceño, pensó en ello y gritó: "Esto es para el abuelo, no para ti. ¿Por qué siempre lo tomas?". , tómalo de mi mano. Luego, el hermano menor mostró su "inteligencia" frente a su abuelo al introducir varias funciones. El abuelo tomó la navaja suiza, la colgó de la llave por un rato y se la volvió a quitar, con las arrugas de su rostro floreciendo de alegría. Pensé para mis adentros: esta vez será mucho más fácil para el abuelo abrir la tapa de la botella de cerveza y pelar la fruta.

Mirando, mirando, no pude evitar pensar profundamente: ¿Por qué papá no se quedó con una navaja suiza tan buena en lugar de dársela al abuelo? De repente, recordé lo que mi padre solía decir: "La piedad filial es lo primero entre todas las buenas obras". ¡Resultó que fue mi padre quien cumplió su piedad filial por su abuelo!