Salvando por sí solo al Gucci en peligro de extinción, ¿qué hizo Tom Ford?
A mediados de la década de 1990, este fue el período más oscuro en la historia de Gucci. En 1994, a la edad de 28 años, Ford fue nombrado director creativo de Gucci. En menos de 10 años, Tom Ford transformó Gucci, una marca olvidada y en quiebra, en un imperio de la moda valorado en 2.000 millones de dólares.
En marzo de 1995, Tom Ford se hizo cargo del desfile de ropa femenina de GUCCI y recibió locos elogios de los medios: "¡Y dijo que el desfile estaba lleno de calidez y sensualidad!" - Joan Ka, vicepresidenta senior de Grandes almacenes Neiman & Marks "El atractivo sexual desbordante del programa captó la atención del público". - Revista "Harper's Fashion".
Bajo el liderazgo de Tom Ford, en 1995, las ventas de Gucci crecieron considerablemente, casi duplicándose y alcanzando los 500 millones de dólares, y los ingresos netos aumentaron más de tres veces hasta los 81,4 millones de dólares. El año siguiente, las ventas continuaron creciendo un 67% hasta los 881 millones de dólares y el beneficio neto se duplicó con creces hasta los 168 millones de dólares. Los resultados del trabajo de Ford fueron bastante obvios. En 1999, los activos totales de la empresa habían alcanzado los 430 millones de dólares. "¡Otro Karl Raffield!" - Amy Spindler, crítica de moda del "New York Times".
Tom Ford maneja muy apropiadamente la relación entre sexos. No sólo es un fashionista, también es un auténtico director. Además, tiene un talento extraordinario en el lenguaje audiovisual y la estilización nunca ha sido su objetivo al hacer películas. Al mismo tiempo, se diferencia de los directores a quienes les gusta tejer estructuras narrativas complejas. Las tramas de sus películas no son complejas. Los años de inercia y logros profesionales acumulados del diseñador informaron la conciencia corporal de Tom Ford en sus películas. Sus películas se centran más en el cuerpo y sus elementos estéticos relacionados, centrándose en diferentes niveles de estética corporal y expresándolos con una psicología multinivel. Es difícil para los espectadores que han visto las obras de Tom Ford no sentirse atraídos por los ingeniosos trajes de los personajes de la película, que revelan sofisticación, elegancia y nobleza.