Las personas que acaban de dar a luz beben sopa de melón de invierno y algas marinas.
Además, las mujeres embarazadas y las madres lactantes no deben comer más algas. Esto se debe a que el yodo de las algas puede ingresar al feto y al bebé a través de la circulación sanguínea, provocando disfunción tiroidea. Las personas con deficiencia de bazo y estómago deben comer con precaución, y aquellas con hipertiroidismo y exceso de yodo deben evitar comer.
Además, el contenido de arsénico en las algas marinas también es muy alto, alcanzando los 35-50 mg/kg, lo que se debe a la contaminación del agua de mar. El arsénico y los compuestos de arsénico son tóxicos, siendo el arsénico trivalente (como el arsénico) el más tóxico. Aunque el arsénico pentavalente es menos tóxico, aún puede convertirse en arsénico trivalente en el cuerpo humano.
Sin embargo, las algas también tienen altos efectos en el cuidado de la salud. Está bien que las personas normales las coman de 2 a 3 veces por semana.
Las funciones sanitarias de las algas marinas;
Las algas marinas son una verdura de alto valor nutricional y tiene cierto valor medicinal. Es rico en elementos minerales como el yodo. Las algas marinas son bajas en calorías, moderadas en proteínas y ricas en minerales. Los estudios han encontrado que las algas marinas tienen varias funciones biológicas, como reducir los lípidos en sangre, reducir el azúcar en sangre, regular la inmunidad, anticoagulación, antitumoral, excretar plomo, desintoxicar y antioxidante.