Para hacer vino no es necesario cocinar ni calentar.
Las uvas se prensan a mano, se añaden azúcar y levadura y se mezclan bien, seguido de una fermentación cerrada.
El tanque de fermentación cerrado está relativamente cerrado, así que tenga cuidado de no introducir olores.
Por 10 kilogramos de fruta, añade de 0,6 a 0,8 kilogramos de azúcar y de 5 a 10 gramos de levadura.
Lo mejor es colocarlo directamente a una temperatura ambiente de 25~30°C. Durante los primeros 10 días, los gases de escape se liberan de 1 a 2 veces al día y el ciclo de fermentación puede durar hasta 30 días.
Después de 30 días de filtración, el filtrado claro es vino y se puede degustar.
No es necesario calentar, el calentamiento esterilizará y cambiará el sabor y color del vino, pero no es bueno.