Red de conocimiento de recetas - Recetas gastronómicas - Un ensayo de 600 palabras sobre la cosecha de trigo durante las épocas agrícolas más ocupadas.

Un ensayo de 600 palabras sobre la cosecha de trigo durante las épocas agrícolas más ocupadas.

Agricultura ocupada

Mediados de mayo es la época de mayor actividad para la cosecha de verano en las zonas rurales. Los fines de semana, mi madre y yo íbamos a la casa de mi abuela en el campo para experimentar la ajetreada vida rural.

Temprano en la mañana, antes de que las alondras comenzaran a cantar para el amanecer, nosotros, mi abuela y toda nuestra familia fuimos a cosechar colza con largos ganchos. Verás, la hermana trabajadora se agacha para cosechar, con dos trenzas volando hacia arriba y hacia abajo como alas de libélula; su cabeza se mueve poco a poco, como un patito buscando comida, su rostro sonrosado está cubierto con una capa de cristal; gotas de sudor claras, como una rosa cubierta de rocío. Cuando el humo de la cocina se elevó desde el pueblo, habíamos aplastado una planta de colza entera. Estaban colocadas prolijamente, como una gruesa alfombra dorada, más linda que la alfombra persa más lujosa.

Cuando el Padre Sol se pone de mal humor al mediodía, la abuela no puede esperar para pedirnos que vayamos al campo a recoger la cosecha. Porque la abuela decía que cuando el sol brilla al mediodía, la colza es la que hace más ruido y tiene más probabilidades de producir semillas. Así que cogimos el tapete para secar, la funda y la lista de ropa sucia y nos pusimos manos a la obra. Mi hermana y yo ayudamos a la abuela a tumbarse en la estera para que las semillas de colza pudieran descansar tranquilas y cómodamente en sus camitas. Mi abuela levantó la copa del árbol y la golpeó rítmicamente, como un músico tocando el teclado. Flores negras de colza saltaban de las vainas de colza con una hermosa música. Saltaron sobre tumbonas y durmieron sobre cestos de ropa sucia.

Al anochecer, cuando del pueblo volvieron a levantarse volutas de humo, volvimos a casa muy contentos.

Después de un día duro, nos quedamos dormidos con dulces sonrisas en nuestros rostros. Había un cuchillo largo y afilado debajo de la cama. Mañana, mientras haga buen tiempo, volveremos a trabajar en caliente...