¿Qué frituras son aptas para hacer en casa?
Cuando se trata de comida frita, la gente realmente tiene una relación de amor-odio. Por un lado, nos encanta su color y textura, dorada, crujiente y llena de tentación. Por otro lado, tengo miedo del calor. Por eso siempre dudo entre comer o no comer. Sin embargo, normalmente elijo hacer una comida abundante primero y luego tomo la iniciativa de salir a correr. Por desgracia, si no puedes mantener la boca cerrada, serán tus piernas las que sufrirán.
A continuación hemos recopilado varias delicias fritas, cada una de ellas muy clásica. Los amigos que les gusten deben quedarse con ella.
El primer plato: filete de pollo frito.
> Cortar la pechuga de pollo en tiras, luego agregar el vino de cocción, la sal y la salsa de soja y dejar marinar por 30 minutos, cubrirla con una capa de maicena, freírla en una sartén hasta que esté dorada, sacarla y elegir la salsa para mojar. según tu gusto puedes mojarlo en tomates. La salsa también se puede mojar en comino y sal, o mezclarla con salsa barbacoa, ambas son buenas opciones. A mi hijo le gusta la ternura de los filetes de pollo. salsa picante.
Segundo tipo: tofu frito apestoso
El tofu maloliente es famoso en todas partes, al igual que el durian. Las personas que lo aman lo disfrutan, mientras que los que lo odian huyen. La característica más importante del tofu apestoso frito es que huele mal y tiene un sabor delicioso. Mi tofu apestoso frito es una receta mía modificada. El exterior está cubierto con una capa de almidón, lo que le da un sabor único después de freírlo y le agrega ajo y cilantro, lo que hace que la gente quiera comerlo nuevamente.
Tercero: patatas fritas
Las patatas fritas son una especie de fritura de patatas fritas que es la favorita de mi hijo desde pequeño. Dos patatas fritas cada vez no son suficientes, el fuego. No debe quedar demasiado fuerte al freír para evitar que se queme. Cuando las patatas fritas estén doradas, retira el aceite y sumérgelas en ketchup. Son dulces y deliciosas, no peores que las de los restaurantes de comida rápida. La materia prima es sencilla y fácil de encontrar, y el coste es bajo. El único inconveniente es que hay que freírlas. Para mi hijo, trabajé duro y compré una freidora para poder ahorrarme la molestia de freír y comer patatas fritas sin preocupaciones.