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Recordatorio del médico: estos cuatro síntomas del hígado indican que el hígado se ha endurecido y debe estar atento.

La cirrosis hepática es una enfermedad común del sistema digestivo en mi país, y varias causas de enfermedad hepática crónica son las causas de la cirrosis hepática. Los pacientes con cirrosis hepática en mi país sufren principalmente de daño hepático crónico causado por la infección por el virus de la hepatitis B. Además, el consumo prolongado de alcohol puede provocar cirrosis alcohólica, enfermedad del hígado graso no alcohólico, colestasis, daños crónicos a largo plazo por drogas, trastornos genéticos e inmunológicos, infecciones parasitarias, etc. La cirrosis es el resultado de un daño hepático crónico y no presenta síntomas evidentes en las primeras etapas. Muchos pacientes van al hospital para ser examinados después de experimentar síntomas y descubren que sus hígados han mostrado signos de cirrosis. Las manifestaciones clínicas de la cirrosis son diversas. Actualmente, la cirrosis hepática se puede dividir en cinco etapas (1, 2, 3, 4, 5) y dos categorías* * *. Las dos primeras etapas son períodos de compensación y las tres últimas etapas son períodos de descompensación. Las diferentes etapas tienen diferentes síntomas y características. ¿Qué manifestaciones clínicas sugieren que el paciente puede tener cirrosis hepática y en qué etapa ha entrado? Los médicos recuerdan que estos cuatro síntomas del hígado indican que el hígado se ha vuelto cirrótico y requieren vigilancia.

1. Síntomas gastrointestinales como fatiga, anorexia y diarrea.

Los pacientes con cirrosis compensada pueden no presentar manifestaciones clínicas, o pueden tener únicamente manifestaciones clínicas inespecíficas como fatiga, pérdida de apetito e indigestión. Además, pueden presentar síntomas asociados con la enfermedad hepática primaria. Es posible que muchos pacientes no presten atención a esta etapa y sientan que no tienen síntomas especiales ni necesidad de tratamiento, lo que promoverá la progresión de la enfermedad. Cuando la cirrosis se encuentra en la etapa compensatoria, a menudo no hay signos de ascitis ni sangrado, pero se pueden encontrar várices esofágicas durante la gastroscopia. Los pacientes con várices esofágicas no deben comer alimentos duros al comer, ya que pueden rayar fácilmente las venas varicosas, provocando un sangrado masivo y consecuencias potencialmente mortales.

2. Aparecen petequias y equimosis en la piel.

Una función importante del hígado es producir factores de coagulación, que pueden detener el sangrado y coagular la sangre. Cuando se produce cirrosis hepática, se perderá la función normal del hígado, lo que dará como resultado una síntesis reducida de factores de coagulación, una reducción de la hemostasia y la coagulación, y el cuerpo sangrará fácilmente y será difícil detener el sangrado después del sangrado. Cuando los pacientes con cirrosis hepática sufren lesiones mecánicas, pueden producirse hemorragias locales y equimosis. Los pacientes con cirrosis hepática tienden a sangrar las encías cuando se levantan por la mañana para cepillarse los dientes y las mujeres pueden experimentar menorragia.

3. Trastornos endocrinos

Algunas hormonas del cuerpo se inactivan en el hígado. Cuando el hígado se endurece, la función hepática se ve gravemente afectada y se reduce la capacidad del hígado para inactivar hormonas. En particular, el estrógeno no se puede inactivar en el hígado, lo que puede provocar un aumento de los niveles de estrógeno, feminización masculina y ginecomastia. Además, también pueden estar presentes arañas nevas y palmas hepáticas. Además, los pacientes con cirrosis son propensos a sufrir disfunción adrenocortical secundaria, lo que da como resultado una tez apagada.

4. Ictericia y ascitis

El hígado de los pacientes con cirrosis desarrolla fibrosis, aparecen falsos lóbulos, la estructura normal del tejido hepático desaparece y el metabolismo y la excreción de bilis se ven afectados. Cuando la función hepática desaparece, se bloquea el metabolismo de la bilirrubina y se reduce la excreción, lo que provoca ictericia. Una vez que aparece la ictericia, indica que la cirrosis hepática ha progresado a una etapa media o tardía. Si el paciente tiene ascitis y la condición se vuelve más grave, significa que la función del hígado ya es muy pobre.

La cirrosis hepática no es algo que ocurre de la noche a la mañana, sino que está causada por una enfermedad hepática crónica de larga duración. Para retrasar o prevenir la aparición de cirrosis, lo más importante es tratar la enfermedad hepática primaria, y los pacientes con hepatitis B deben recibir tratamiento y seguimiento activo. Algunas personas con hepatitis alcohólica deberían dejar de beber, mientras que otras personas con enfermedad del hígado graso deberían aumentar el ejercicio físico y mantener hábitos alimentarios saludables.