¿Por qué todos en el departamento de logística militar de EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial recibían un helado por día?
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el helado se había convertido en un postre indispensable en la vida diaria de los estadounidenses modernos. Una de las principales razones fue la Prohibición, y el helado se convirtió rápidamente en una alternativa al alcohol durante los años veinte sin alcohol. A finales de la década de 1920, en Estados Unidos se consumían más de un millón de litros de helado cada día.
Bajo el sol abrasador en el campo de batalla del Pacífico, comer helado es definitivamente el mejor disfrute. En la Segunda Guerra Mundial, sólo cuatro barcos de la Armada japonesa estaban equipados con máquinas de helado, incluidos el "Hotel Yamato" y el "Hotel Musashi" como armas de guerra, y dos barcos de alimentos, el "Mamiya" y el "Irango" "Number". La Marina de los EE. UU. lo está pasando mucho mejor, ya que la mayoría de sus barcos están equipados con máquinas de helado. Cuenta la leyenda que si la Armada atrapaba a un piloto que se caía por la borda, podía pedirle a su escuadrón un helado equivalente al peso del piloto.
Durante la Batalla del Mar del Coral en mayo de 1942, el portaaviones USS Lexington fue alcanzado por un torpedo lanzado por un bombardero japonés con base en portaaviones. El torpedo explotó y se incendió, provocando que el barco volcara. Después de que el capitán ordenó abandonar el barco, varios marineros corrieron a la cocina y comieron el helado almacenado allí antes de cumplir la orden del capitán.
Después del éxito de la prueba, sólo una salida al día podrá proporcionar helado de chocolate y una cómoda nevera al escuadrón de casi 100 personas. Éste se convirtió en el secreto exclusivo del escuadrón. Sin embargo, durante una misión, el piloto iba a exceso de velocidad, lo que provocó que el "mini refrigerador" que no era el equipo estándar de los aviones de combate se cayera y golpeara la posición del ejército, y este secreto también quedó al descubierto.
Este secreto no sólo no fue criticado por los superiores, sino que era conocido por los compañeros del ejército que también querían comer helado. Finalmente, todos los escuadrones comenzaron este tipo de operaciones criogénicas. Desde entonces, escuadrones de Infantería de Marina, tropas cercanas e incluso cuarteles generales han podido disfrutar de este refrescante manjar.