¿Cuál es la historia del libro Las naranjas no son la única fruta?
?Las naranjas no son la única fruta. No existe una respuesta absoluta en este mundo. Este libro es una especie de curación espiritual, un proceso de autodespertar y redención.
Primero: El único que puede redimirse eres tú mismo. Este libro cuenta la historia de la autora Janet Winterson, quien comenzó siendo obligada a aceptar el adoctrinamiento, pasó toda su vida en autocuración y redención, y luego conoció a alguien que podía redimirse y finalmente se convirtió en una mejor versión de sí misma. Esto es lo que ella llama "permitir que los demás te amen", incluso si tienes dudas y te odias, debes creer que eres único e irremplazable en este mundo.
Segundo: No es necesario atender a los demás para vivir. Todo el mundo viene a este mundo con una misión, ya sea brillar en el trabajo o conocer a la persona de nuestra vida, al final vivimos de la manera que más nos conviene. Aunque el "Universo" nos dice que la existencia de la vida es un proceso desordenado, ¿no es en realidad el llamado desorden un proceso ordenado? Incluso si es aleatorio, existe la posibilidad. Por eso, la palabra soledad rara vez se menciona, pero está llena de significados que revelan la soledad.
Tres: Amar a los demás es amarte a ti mismo. El deseo de amar y ser amado es la primera frase que me vino a la mente después de leer el libro. En mi opinión, Janet parece haber sido una niña sin supervisión desde que era niña. Su madre corría por la iglesia todo el día y le prestaba poca atención. Incluso cuando estaba enferma, su madre simplemente le entregaba naranjas. Debido a esto, las naranjas se convirtieron en la única opción de Janet. La única opción era lo único que no podía hacer. Comenzó a amar, a amar a los demás y a esperar que otros la amaran. Fue exiliada, exiliada y abandonada por su amor. Todo con fuerza. Descubrió que todo iba por buen camino. Nadie recordaba su rebelión, nadie recordaba siquiera su apariencia. Cuando las ondas se fusionaron silenciosamente con el lago, comprendió que la vida de alegría y tristeza era interminable. No es la única fruta. Habrá más opciones en nuestras vidas.