I. El despido de empleados debe ser justo. Generalmente hay dos motivos para despedir empleados: uno es motivo de la empresa, como despidos a gran escala, ajustes de la estructura organizacional, etc.; el otro es motivo personal, como incompetencia y daño a los intereses de la empresa. En el caso de despido por motivos personales se debe hacer una valoración integral, no se deben hacer generalizaciones y mucho menos vengar venganzas personales. Los empleados que hayan contribuido a la empresa deben intentar encontrar otros puestos adecuados para ellos. Si el despido es justo o no afectará el entusiasmo de los empleados actuales. Despedir a personas con poca capacidad laboral y mal carácter aumentará en gran medida la moral de los empleados; por el contrario, despedir a personas con gran capacidad laboral y buen carácter hará que la moral de los empleados esté baja durante mucho tiempo;
2. El despido de empleados debe hacerse público. Al despedir empleados, los motivos del despido deben anunciarse lo antes posible para evitar causar especulaciones aleatorias entre los empleados actuales y afectar el orden normal de trabajo. Además, los empleados despedidos deben tratar de permitirles irse de manera digna al dimitir. El líder debe convocar a sus compañeros a una fiesta de despedida, en la que se resumirán sus aportaciones a la empresa. La reunión no sólo tiene como objetivo mostrar consideración hacia los empleados despedidos, sino también demostrar la buena cultura corporativa de la empresa y aumentar la fuerza centrípeta de la empresa.
Con base en los dos métodos anteriores, en circunstancias normales, se puede realizar de acuerdo con el método de evaluación del desempeño.