¿Por qué debemos tener cuidado con la contaminación del aire en la cocina?
Los vapores de la cocina también pueden dañar los órganos sensoriales del cuerpo. Cuando el aceite de cocina se quema a 150°C, la glicerina generará acroleína, el principal componente del humo, que tiene un fuerte efecto irritante en las membranas mucosas de la nariz, los ojos, la faringe y la laringe, y puede causar enfermedades respiratorias como rinitis, faringitis y bronquitis. El benceno (a) pireno presente en los humos de la cocina es un carcinógeno y la inhalación prolongada puede inducir cáncer de tejido pulmonar. Además, el daño causado por los vapores de aceite a los intestinos y los nervios del cerebro también es evidente. Recordatorio: las ventanas de la cocina deben abrirse con frecuencia para ventilar y que entre aire fresco. Al mismo tiempo, la estufa debe colocarse cerca del tubo de escape. Las estufas de cocina sin tubo de escape deben colocarse lo más cerca posible de la ventana para evitar que el tubo de escape sea demasiado largo y afecte el efecto de extracción de humo.