¿Por qué se dice que darle cebolla a los perros equivale a darle veneno?
¿Por qué los perros no pueden comer cebollas?
Las cebollas son alimento para los humanos, pero para los perros son arsénico porque contienen un ingrediente tóxico, el disulfuro de n-propilo. Este sulfuro puede oxidar la hemoglobina para formar cuerpos de Heinz. El sistema reticuloendotelial engulle una gran cantidad de glóbulos rojos que contienen cuerpos de Heinz, destruyendo el funcionamiento de los glóbulos rojos, provocando anemia hemolítica aguda, dañando la médula ósea y afectando el suministro de oxígeno.
En resumen, los sulfuros de las plantas picantes (cebollas, ajos) pueden destruir los glóbulos rojos. Los síntomas comunes de los perros después de una ingesta excesiva son anemia hemolítica, orina marrón y comportamiento anormal de las mascotas. En casos graves, puede poner en peligro la vida. También afirma que "se deben evitar la mayoría de las rosas, uvas y pasas, chocolate, maíz, maní, huesos, champiñones, frijoles de macadamia, etc".
Además de no dejar que los perros coman estas plantas picantes, ¡también debes evitar que los perros coman estos alimentos!
Para muchas personas la cebolla es un alimento delicioso, especialmente en la comida occidental, que tiene una proporción muy alta de cebolla. Generalmente, los dueños de mascotas aman a sus perros. Es posible que dejen algunas delicias que contienen cebolla para sus mascotas después de cada comida, o que sin darse cuenta alimenten a sus perros con algunas sobras que contengan cebolla. Como todos sabemos, para los perros, la cebolla en las comidas es en realidad un veneno invisible y mortal.
La cebolla es un alimento muy picante. Después de ser comido accidentalmente por perros, no solo irritará el tracto digestivo y provocará una reacción inflamatoria en el tracto gastrointestinal, sino que también contiene una sustancia química que puede destruir los glóbulos rojos en la sangre del perro, provocando anemia hemolítica aguda y crónica. Si no se detecta a tiempo, puede incluso deteriorarse y provocar insuficiencia hepática, renal, cardíaca y de otros órganos.