¿No comer frutas afectará el desarrollo físico del bebé?
La mayoría de los bebés comen frutas y verduras como uno de sus primeros alimentos sólidos. Después del primer año de vida, a medida que su bebé se vuelve más independiente, es posible que se vuelva más quisquilloso con la comida. Este tipo de ansiedad alimentaria suele incluir frutas y verduras.
Los padres pueden preocuparse si su hijo comienza a negarse a comer frutas y verduras, pero esto no suele ser perjudicial. Es imposible obligar a los niños a comer más frutas y verduras. Lo mejor es que los padres incluyan las frutas y verduras como parte habitual de la dieta familiar. Puede que lleve algo de tiempo, pero así es como los niños aprenden mejor. Por favor, sigan con el buen trabajo.
A todo el mundo le gusta comer una variedad de verduras y frutas por muchas razones. Las verduras y frutas aportan vitaminas importantes como la vitamina C y el folato. Las verduras y frutas también contienen otras sustancias vegetales que se cree que ayudan a reducir el riesgo de ciertos cánceres y enfermedades cardíacas.
A veces, los niños pueden desear comer bocadillos "deliciosos" con alto contenido de grasa y azúcar. Los padres pueden renunciar a proporcionar verduras o frutas frescas porque sus hijos se niegan a comerlas repetidamente.
Continúa ofreciendo a tus hijos una variedad de frutas y verduras todos los días, no solo las que les gustan. Dependiendo de la edad, el apetito y el nivel de actividad de su hijo, sus comidas pueden ser pequeñas. Recuerde, cualquier porción es mejor que ninguna porción y tendrá que experimentar para encontrar qué funciona mejor para su hijo.
Esto puede llevar algo de tiempo, pero cinco pasos para lograr el éxito incluyen
Involucrar a los niños en la preparación y planificación de los alimentos Introducir frutas y verduras a los niños de tantos tipos y colores como sea posible Incorporar frutas tanto como sea posible Sigue intentándolo con verduras y deja que tus hijos lo acepten poco a poco.
2. Aprende a animar a tus hijos a comer más frutas y verduras.
Si sigues hábitos alimentarios saludables, tus hijos acabarán siguiendo tus necesidades. Continúe ofreciendo frutas y verduras de diversas maneras porque es más probable que los niños coman cosas con las que están familiarizados. Nunca asuma que a su hijo no le gusta cierta fruta o verdura. La próxima vez que les ofrezca a sus hijos una fruta o verdura, es posible que decidan probarla. Los gustos de los niños cambian a medida que crecen.
3. Involucre a los niños en la compra y preparación de alimentos.
Las sugerencias incluyen: Deje que los niños elijan las frutas o verduras que quieran. Involucre a los niños en la compra de frutas y verduras para que puedan verlas, olerlas y tocarlas. Haga que su hijo haga un dibujo y le describa la comida. Deje que sus hijos le ayuden a lavar y preparar frutas y verduras. Aproveche esta oportunidad para explorar nuevos colores y formas. Anime a sus hijos ayudándoles a preparar una ensalada sencilla. Cuenten juntas las uvas o bayas en el tazón. Planta algunas verduras o frutas en el jardín o en macetas y deja que tus hijos rieguen y cuiden las plantas.
4. Disfruta de las frutas y verduras. Recuerda disfrutar al máximo de la comida con tus hijos. Si sus hijos lo ven comiendo una variedad de frutas y verduras, estarán más dispuestos a acompañarlo. Si las horas de comida son estresantes, su hijo puede negarse a aceptar alimentos nuevos, así que trate de concentrarse en los aspectos positivos de la comida y evite las discusiones. Mantenga algunas verduras como guisantes, tomates cherry, zanahorias pequeñas y champiñones en el refrigerador para prepararlas mientras viaja. Ofrezca frutas y verduras de diferentes colores y córtelas para que su hijo las coma. Para los niños reacios, pruebe frutas y verduras nuevas una vez por semana.