¿Por qué se dice que la cata sensorial recorre toda la cadena vitivinícola?
El vino se bebe, y la valoración del color, aroma y sabor representa su calidad, por lo que la cata sensorial recorre todo el proceso de su elaboración.
El vino también puede oler a viejo. El olor a vinagre es causado por el ácido acético, mientras que el olor a esmalte de uñas es causado por el acetato de etilo. Los olores a caucho, piel, huevos podridos, ajo o cebolla son subproductos del sulfuro, mientras que los olores a humedad son el resultado de organismos de levadura dañados. Mientras que el olor a yogur se debe al daño de otro organismo llamado Lactobacillus, el corcho de mala calidad puede provocar un olor a humedad o a cartón mojado.
Estos olores no son perjudiciales para ti, pero si te llaman la atención sus altos niveles, no merece la pena beber el vino. Debe devolverlos al minorista o restaurador donde los compró. Con la tecnología vinícola moderna, no es muy frecuente encontrarse con vinos defectuosos.
Para apreciar plenamente el aroma del vino, agite el vino en la copa, pero no con demasiada fuerza. El aroma del vino debe ser limpio y fresco, libre de cualquiera de los malos olores mencionados anteriormente. Si el vino es joven se deben oler los aromas típicos varietales, acompañados en ocasiones de aromas maduros. Si el vino es más añejo, es posible que se perciban aromas menos frescos y afrutados, pero más aromáticos.