¿Qué debo hacer si mi perro tiene enteritis?
La enteritis es una inflamación aguda o crónica de la mucosa intestinal. Puede ser una enfermedad independiente que solo invade la mucosa del intestino delgado, o puede ser una enfermedad inflamatoria que afecta al estómago o al colon. Suele presentarse con alteraciones digestivas, dolor abdominal y diarrea, y fiebre.
Factores causantes: Salmonella, Escherichia coli, Proteus, Vibrio, virus, etc. , pueden convertirse en la bacteria causante de la enteritis cuando la resistencia del perro disminuye. La enteritis también suele ser un síntoma de enfermedades infecciosas como el moquillo canino y el parvovirus. Las tenias parásitas intestinales, las lombrices intestinales, los coccidios y el Toxoplasma gondii también tienen un cierto impacto en la aparición de enteritis. Además, comer alimentos en mal estado, alimentos contaminados, productos químicos agresivos, ciertas intoxicaciones por metales pesados y alergias alimentarias pueden provocar enteritis. El uso prolongado de antibióticos también puede causar este problema.
Síntomas: El síntoma más evidente es la diarrea. Cuando se padece colitis, las heces pueden ser urgentes y pesadas, y las heces pueden ser finas, blandas, acuosas o gelatinosas y tener un olor desagradable. En la enteritis hemorrágica del intestino delgado, las heces aparecerán de color negro verdoso o negro rojizo; en la enteritis hemorrágica del intestino grueso, se adherirán vetas de sangre o coágulos de sangre a la superficie de las heces.
La enteritis causada por microorganismos patógenos puede provocar temperatura corporal elevada, falta de energía, pérdida de apetito o insomnio. En la enteritis grave, los perros se deshidratarán y perderán peso rápidamente. Los casos agudos incluyen síntomas de dolor abdominal como arqueamiento e inquietud.
La enteritis crónica puede provocar diarreas repetidas, haciendo que los perros estén deshidratados, demacrados, desnutridos o tengan diarrea y estreñimiento alternativamente.
Tratamiento:
1. Dieta de control: prestar atención al ayuno en la fase inicial de la enfermedad, pero dejar que el perro enfermo beba más agua, y lo mejor es dejarlo beber. sal de rehidratación oral libremente. Una vez que la condición mejore, es necesario darle alimentos no irritantes y fáciles de digerir, caldo, sopa de pescado o pescado y pollo con menos grasa, y luego regresar gradualmente a una dieta normal.
2. Prevenir infecciones secundarias: Elegir fármacos antibacterianos eficaces, como gentamicina, amoxicilina o sulfas.
3. Complementar con agua y electrolitos para prevenir la acidosis: utilizar solución salina compuesta, glucosa y bicarbonato amónico inyectable.
4. Tratamiento sintomático: Cuando la diarrea se acompaña de vómitos se deben administrar antieméticos como clorpromazina y metoclopramida. La diarrea prolongada no se limita a los astringentes y Smecta. Los perros anémicos y débiles pueden recibir transfusiones de sangre.
5. Preste atención a la desparasitación: compruebe si hay parásitos mediante la prueba de huevos fecales antes de la desparasitación.