¿Cómo distinguir entre la sal buena y la mala?
1. Fíjate en el envase
La sal de alta calidad suele venir sellada para evitar la humedad y la contaminación. Además, el nombre del producto, la fecha de producción, la vida útil y la información del fabricante deben estar claramente marcados en el embalaje. En caso de duda, consulte al vendedor o al fabricante.
2. Observa el color y la textura.
La sal de alta calidad es de color uniforme, blanca o ligeramente amarilla. La sal de baja calidad puede estar mezclada con impurezas y tener un color oscuro o gris. Además, las partículas de sal de alta calidad se secan uniformemente y no se pegan. La sal de baja calidad, por otro lado, puede adherirse a grumos y sentirse áspera al tacto.
3. Pruébalo
Este es un método sencillo y directo. La sal de alta calidad tiene un sabor salado y no tiene ningún otro olor peculiar ni sabor amargo. La sal de baja calidad puede tener un sabor amargo o desagradable. Sin embargo, debes probar la sal con moderación para evitar consumir demasiada sal.
Precauciones al almacenar la sal comestible
1. Mantener la sal comestible seca.
La sal comestible absorbe fácilmente la humedad y forma grumos duros una vez que entra en contacto con un ambiente húmedo. Por lo tanto, antes de almacenar sal de mesa, lo mejor es utilizar recipientes secos y sellarlos herméticamente para evitar que entre humedad. Además, también puedes poner algún desecante, como una bolsita pequeña de azúcar o arroz, en la caja de sal para ayudar a absorber la humedad.
2. Evite el contacto con sal comestible y otros elementos malolientes.
La sal de mesa absorbe fácilmente los olores cercanos. Si se coloca cerca de elementos con olor fuerte, como especias y detergente para ropa, puede oler mal. Por lo tanto, la sal comestible debe almacenarse en un lugar relativamente limpio e inodoro para evitar que el olor afecte su sabor.
3. El ambiente donde se almacena la sal comestible debe evitar la luz solar directa.
La luz solar favorecerá la reacción química del yoduro en la sal comestible y afectará a su calidad. Por lo tanto, al elegir un lugar de almacenamiento para la sal de mesa, considere un ambiente que evite la luz solar directa o temperaturas excesivas.
4. Al almacenar sal comestible, tenga cuidado de evitar el agua.
Si la sal de mesa se mancha con agua, no sólo provocará aglomeración, sino que también disolverá los minerales de la sal, afectando así a su sabor y calidad. Por lo tanto, se debe evitar el agua en el recipiente o frasco donde se almacena la sal, y se debe mantener el recipiente seco.
5. Las condiciones de almacenamiento de la sal comestible deben comprobarse periódicamente.
Si encuentras que la sal comestible está aglomerada o tiene un olor peculiar, conviene sustituirla a tiempo. Cambiar la sal de mesa con regularidad garantiza que la sal que utilice esté siempre fresca, seca y sin sabor.