Un dicho que compara la vida con el té.
La vida es como una taza de té, no puede ser amarga toda la vida, pero sí debe ser amarga por un tiempo.
La vida se trata de pensar, sentir y crecer mientras saboreas el té.
La vida es como una taza de té. El primer bocado es amargo, el segundo astringente y el tercero dulce. En retrogusto, es dulce y fragante. La suavidad es su verdadera naturaleza, la amargura es su viaje y la dulzura es su regalo.
La vida es como una taza de té. La diferencia es si preparar con agua hirviendo o agua tibia. Los dos tipos de té preparados con agua tibia son muy diferentes: tranquilo, no intenso, no dinámico, no se ven hojas de té estiradas y no se huele ninguna fragancia elegante. Pero el té preparado con agua hirviendo surge una y otra vez, rebosando una fragancia fragante.