Edición Composición Piñones y Maíz
En otoño, las hojas se vuelven amarillas, se marchitan y están a punto de caerse. Las hojas amarillas abandonaron las ramas y revolotearon con el viento, dejando con su nostalgia el aire fresco del otoño. La hierba del césped ha perdido su vitalidad. Todo esto parece sombrío, pero no lo es. Cuando miras por la ventana durante la clase, encontrarás que las flores de colza florecen por todo el suelo y son de un color amarillo brillante. Qué hermoso paisaje, y hay una fragancia flotando en la distancia. Ese es el sabor único de nuestro pueblo rural, ese es el soplo de la naturaleza. Mirando las nubes, volví a saborear la palabra tolerancia.
Invierno
En invierno, aunque no hay nieve en el suelo y no hay escena de los pétalos de miles de perales volando, solo sopla el viento despiadado, la clase Es muy animado. En clase, nos tomaremos tiempo para charlar con los demás, pasar notas, escribir chistes, hacer preguntas y al mismo tiempo mejorar nuestra amistad. Hace frío pero puedo disfrutar de la vida.
Primavera
En primavera, la langosta del campus llena mi campo de visión. Utiliza sus cogollos para decirme que trabaje duro. El ambiente de aprendizaje en la clase es cada vez mejor. Todo el mundo está siempre ocupado estudiando y corriendo a la oficina para hacer algunas preguntas. No quiero quedarme atrás. Después de clase, siempre hago algunos ejercicios extracurriculares y pienso detenidamente. Cuando finalmente me di cuenta, la alegría y la emoción del éxito no tenían paralelo.
Verano
En verano, la prueba de acceso al bachillerato está cada vez más cerca. Todos parecían nerviosos, pero no se reveló nada. Quizás sea precisamente gracias al duro estudio y al duro trabajo que se oculta esta tensión. Unos días antes del examen de ingreso a la escuela secundaria, nos reunimos felices para jugar. Cuando nos liberamos por completo de nosotros mismos, dejamos de estudiar, dejamos de lado el estrés y la tensión y nos divertimos, nos sentimos relajados y a gusto, y todos nos bendecimos y animamos unos a otros.
Ahora, mirando hacia atrás, apreciando esos hermosos recuerdos, saboreando cada pedacito de ellos, encuentro que he madurado mucho. Cuando veo flores de colza comunes, me sorprende pensar en la belleza de la naturaleza; cuando veo las nubes ondulantes en el cielo, pienso en la tolerancia del cielo para acomodar cada nube, cuando charlo en secreto con los demás, también pienso en la belleza de la naturaleza. Probar la vida Cuando pensé mucho y de repente me di cuenta, descubrí que la alegría del éxito resultó ser el sabor de la felicidad. Cuando me acerqué a la sala de examen, no estaba nervioso, sino por las bendiciones de mis amigos y los nuestros. amistad.
Mi mente ha madurado, tal vez. Realmente he madurado.