La fruta no debe guardarse en el frigorífico ni en el congelador, ¿verdad?
Los plátanos se pondrán negros y se pudrirán si se almacenan a temperaturas inferiores a 12 °C y la temperatura en el congelador es de cero grados. Algunas frutas tropicales no están maduras cuando las compras, como los plátanos que son de color azul y tienen poca resistencia al frío, por lo que es mejor no guardarlos en el frigorífico. De lo contrario, no sólo no madurarán adecuadamente, sino que también se pudrirán y dejarán de ser comestibles.
2. Tomates
Después de congelar los tomates a baja temperatura, la carne se ampollará, se pudrirá o se pelará, quedarán manchas negras en la superficie, estarán inmaduras, sin sabor, e incluso huele mal. Se recomienda guardarlo seco y a baja temperatura para conservar al máximo el sabor.
3. Árbol de Durian
El durian tiene características maduras, por lo que conviene colocarlo en un lugar fresco. La fruta se partirá cuando esté madura. En este momento puedes sacar la carne, meterla en una bolsa de plástico y guardarla en el frigorífico. Sabrá a helado después de congelarlo. Si la pulpa se vuelve agria, significa que el durian está malo y ya no se puede comer.
Datos ampliados
Si compras algo que no está bien cocido, no sólo tendrá un sabor delicioso, sino que también puede ser perjudicial para tu salud. ¿Cómo deberías salvarlos?
(1) Guárdelo a temperatura ambiente hasta que esté completamente cocido, luego guárdelo en el refrigerador. La baja temperatura del frigorífico mantiene la fruta fresca.
(2) Se recomienda colocar las frutas de piel dura, como sandía, piña, melón y otras frutas, directamente en el frigorífico.
(3) Las frutas de piel fina y suave deben colocarse en bolsas de plástico antes de guardarlas en el frigorífico. Como manzanas, peras y mangos.
(4) Especialmente en el caso de los lichis y longanes, si se colocan en el frigorífico durante mucho tiempo, las cáscaras se secarán, se endurecerán y se volverán negras, lo que afectará al sabor de la pulpa. Por ello, se recomienda rociar un poco de agua sobre la fruta antes de meterla en una bolsa de plástico para mantener el sabor fresco de la pulpa. Puedes cortar los lichis uno a uno con unas tijeras, remojarlos en agua con sal durante unos minutos, recogerlos, meterlos en una bolsa de plástico y meterlos en el frigorífico para que conserven su sabor durante mucho tiempo.