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¿La fructosa de las frutas engorda?

La fructosa engorda. La fruta contiene mucha fructosa, lo que no produce sensación de saciedad. Cuando las personas comen azúcar, sus cuerpos liberan insulina para indicarle al cerebro que han comido lo suficiente.

Los niveles altos de insulina suprimen el apetito, pero la fructosa no activa el gatillo de la insulina, por lo que el cerebro no recibe el mensaje de que está lleno. Esto podría explicar por qué algunas personas pueden masticar un trozo de melón de forma inconsciente o comer tantas uvas.

La fructosa aumenta la probabilidad de sufrir cáncer de colon: Las frutas que originalmente contienen fructosa son ricas en nutrientes y beneficiosas para el tracto gastrointestinal. Sin embargo, cuando las frutas se exprimen para hacer jugo, estos nutrientes también se eliminan. Además, una ingesta elevada de fructosa puede aumentar el riesgo de cáncer de intestino.

Datos ampliados:

Cuatro tipos de personas no deben consumir fructosa:

Un tipo son las personas que son intolerantes a la fructosa. Principalmente debido a la falta de B-aldolasa, el consumo de fructosa también provocará la acumulación de fructosa 1-fosfato, consumirá una gran cantidad de reservas de fosfato en el hígado, acelerará la glucólisis de la leche y provocará acidosis láctica e hipoglucemia posprandial. La enfermedad se manifiesta a menudo como una enfermedad autolimitada, en la que las personas con intolerancia a la fructosa desarrollan rápidamente una fuerte aversión a cualquier alimento dulce.

El segundo tipo son las personas con hígado graso e hipertrigliceridemia. Principalmente porque la fructosa se metaboliza y absorbe rápidamente y puede convertirse en triglicéridos como la glucosa. En particular, una ingesta excesiva puede provocar hígado graso e hiperlipidemia.

El tercero son los obesos. Principalmente porque la fructosa puede reducir la sensibilidad del cuerpo a la leptina. La leptina es una hormona que regula el apetito, reduciendo la ingesta de alimentos y aumentando el gasto energético, provocando la pérdida de peso. Debido al efecto inhibidor de la fructosa sobre la leptina, las personas que consumen más fructosa tienen más probabilidades de comer en exceso, lo que provoca obesidad.

En cuarto lugar, los pacientes con gota. La razón principal es que la ingesta excesiva de fructosa aumenta el ácido úrico en sangre. Los estudios han encontrado que las personas que consumen más de 50 gramos de fructosa por día (equivalente a 2-3 latas de bebidas) tienen un riesgo de 2 a 4 veces mayor de desarrollar hiperuricemia que las personas que consumen menos de 10 gramos por día.