Cómo quitar el enchufe de la campana extractora
La campana extractora es uno de los electrodomésticos esenciales en la cocina. Puede purificar eficazmente el humo y el olor del aceite en la cocina. Desmontar el enchufe de la campana extractora es uno de los pasos necesarios al reparar, reemplazar o limpiar la campana extractora. El siguiente es el método de desmontaje del enchufe de la campana extractora, solo como referencia.
El primer paso es cortar el suministro eléctrico. Por razones de seguridad, corte el suministro eléctrico antes de quitar el enchufe de la campana extractora. Es mejor no tirar del cable de alimentación con las manos para cortar la alimentación. En su lugar, busque el interruptor directamente y apague la alimentación.
Paso 2, retira el enchufe. El enchufe de la campana extractora generalmente está fijado a la parte posterior de la campana extractora y es necesario quitarlo. Existen dos métodos de desmontaje:
El primer método consiste en desenroscar el enchufe directamente. Algunas campanas tienen tapones que se desenroscan, simplemente presione el tapón y gírelo.
El segundo método consiste en utilizar un destornillador. Algunos enchufes de campana extractora requieren un destornillador pequeño para quitarlos. En este caso, debe abrir la carcasa del capó, encontrar el lugar donde está fijado el tapón y desenroscarlo con cuidado con un destornillador. Tenga cuidado de no utilizar fuerza excesiva, de lo contrario podría dañar la estructura interna de la campana.
El tercer paso es comprobar el enchufe. Después de quitar el enchufe, debe verificar si hay algún daño o deformación en el enchufe. Si es así, es necesario reemplazarlo.
El cuarto paso es la limpieza. Después de quitar el tapón del capó, puede limpiarlo con un limpiador o detergente, o limpiarlo con un hisopo con alcohol. Recuerde limpiar a fondo y secar con un paño limpio antes de volver a instalar el enchufe.
En definitiva, a la hora de retirar el tapón del capó hay que prestar atención a la seguridad, operarlo correctamente y no ser demasiado brusco para evitar daños.