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En la ciudad donde vivo ocurrió un incidente así.
Un día al mediodía, una mujer que recogía trapos iba a llevar los trapos que recogió a la estación de recolección de chatarra para venderlos. Ella regresaba en triciclo y pasaba por un callejón desierto. En la esquina, un gángster salió corriendo. Sostuvo un cuchillo en la mano, lo puso contra el pecho de la mujer y le ordenó que le entregara todo el dinero que tenía. La mujer quedó petrificada y permaneció inmóvil.
El ladrón comenzó a registrar su cuerpo y encontró una bolsa de plástico con un fajo de billetes envueltos en el bolsillo del abrigo de la mujer.
El ladrón tomó los billetes y se fue. En ese momento, la mujer reaccionó, inmediatamente corrió hacia adelante y agarró la bolsa de plástico. El gángster apuntó con un cuchillo a la mujer, amenazó con apuñalarla y con dejarla ir. Sin embargo, la mujer agarró fuertemente la bolsa con ambas manos y se negó a soltarla.
Mientras agarraba con fuerza la bolsa, la mujer gritó pidiendo ayuda, alarmando a los residentes en el callejón. La gente corrió y trabajó en conjunto para atrapar al ladrón.
La multitud escoltó al ladrón y apoyó a la mujer hasta una comisaría cercana, donde los recibió un policía. Durante el interrogatorio, el ladrón confesó el robo. La mujer se quedó allí temblando con sudor frío en la cara. La policía la consoló y le dijo: "No tienes que tener miedo". La mujer respondió: "Me duele y él me rompió el dedo. Ella levantó la mano derecha y la gente descubrió que era la derecha". El dedo índice colgaba suavemente.
No sólo no se rompió los dedos, tampoco soltó la bolsa de dinero, el número y peso de la bolsa de dinero. Cuando la policía abrió la bolsa de plástico que contenía los billetes, todos los presentes se sorprendieron. Había un total de basura en la bolsa, solo 8 yuanes y 50 centavos, todos los cuales eran 1 jiao y 2 jiao de cambio. Por un momento, el pequeño pueblo estuvo alborotado.
La policía estaba desconcertada: ¿Qué fuerza sostenía a esta mujer, lo que hizo que se rompiera el dedo por el dolor y aún así no renunciara a los pequeños 8,5 yuanes? Decidió averiguarlo. Entonces, después de enviar a la mujer al hospital para recibir tratamiento, la siguió con la esperanza de encontrar la respuesta a la pregunta.
Pero lo inesperado fue que poco después de que la mujer saliera por la puerta del hospital, recogió frutas frente a un puesto de frutas y las recogió con mucho cuidado. Compró una pera, una manzana, una naranja, un plátano, un trozo de caña de azúcar y una fresa por 8,5 centavos. Recogió una de cada fruta en el puesto de frutas hasta gastar los 8,5 centavos.
El policía abrió la boca sorprendido. Para ahorrar 8 yuanes y 50 centavos, incluso sacrifiqué un dedo y compré algo de fruta para probar.
La mujer tomó una bolsa de frutas y salió directamente de la ciudad hacia un cementerio en las afueras. La policía descubrió que la mujer caminó hacia una zona apartada donde había una tumba nueva. La mujer permaneció mucho tiempo delante de la nueva tumba, con una sonrisa feliz en el rostro. Luego, apoyó su bolso contra la lápida y murmuró: "Hija, mamá siente pena por ti. Mamá no pudo curar tu enfermedad y te hizo dejar este mundo antes de tiempo. Ese año solo tenías 13 años. ¿Aún te acuerdas? ?Cuando estabas muriendo, tu madre te preguntó cuál era tu mayor deseo. Dijiste: "¿Cuál es mi deseo?" Nunca he comido fruta deliciosa. Sería genial si pudiera comer fruta deliciosa. Mamá se avergüenza de ti, ni siquiera tu último deseo se pudo cumplir. Para poder tratarte, la familia no tiene dinero ni para comprar una fruta. Pero, hijo, ayer mi madre finalmente pagó todas las deudas que tomó prestadas para tu tratamiento. Mamá ganó otros 8 yuanes y 50 centavos hoy. Hijo, mamá puede comprar fruta. Mira, hay naranjas, peras, manzanas y plátanos... Todos son cosas buenas. Todas estas son frutas intactas que mamá gastó dinero para comprarte. No están podridas en absoluto. Mamá las seleccionó cuidadosamente una por una. Cómelas, hija mía, y pruébalas..."