¿Te diste cuenta de estos seis consejos de salud para niños para el verano?
Varias bebidas, como refrescos, jugos y colas, contienen más azúcar y electrolitos. La ingesta excesiva no sólo es perjudicial para el desarrollo dental del niño, sino que también afecta el apetito y la función digestiva del niño, provocando sobrepeso y obesidad. Desde el punto de vista nutricional, el agua corriente es la más beneficiosa para la salud. El agua hervida se puede metabolizar inmediatamente después de ingresar al cuerpo humano y tiene las funciones de regular la temperatura corporal, transportar nutrientes y limpiar toxinas en el cuerpo.
En segundo lugar, la dieta debe prestar atención al equilibrio nutricional.
En el caluroso verano, los padres temen que sus hijos se enojen, por lo que solo les dan una dieta ligera, sin saber que sus hijos están en el período de crecimiento y desarrollo y tienen grandes necesidades nutricionales. Una dieta demasiado ligera puede provocar desnutrición, por lo que la dieta de los niños en verano debe ser variada y complementarse con pescado fresco, carne fresca, huevos frescos, hígado de cerdo, etc. (Se puede preparar pescado picado, carne picada o gachas de hígado picado, que son fáciles de digerir y nutritivas), o alimentos ricos en proteínas como tofu, leche, frutas y verduras.
En tercer lugar, evita comer demasiadas frutas y verduras crudas y frías.
En verano hay muchos tipos de frutas y verduras, por lo que los padres suelen preparar algunos platos fríos y refrescantes. Si accidentalmente deja que su bebé coma demasiadas frutas y verduras frías, puede provocarle trastornos digestivos, vómitos y diarrea. Cuando su hijo se sienta mal, lo mejor es buscar consejo médico y comprender los síntomas.
En cuarto lugar, la hora de la siesta no debe ser demasiado larga.
La temperatura es más alta al mediodía en verano y los padres esperan que sus bebés duerman más y hagan menos ejercicio. Pero según las investigaciones fisiológicas, el sueño humano se puede dividir en dos etapas: sueño ligero y sueño profundo. Por lo general, las personas pasan gradualmente del sueño ligero al sueño profundo después de dormir durante 80 a 100 minutos. Durante el sueño profundo, el proceso de inhibición de varios centros cerebrales se fortalece significativamente, muchas redes capilares en el tejido cerebral se cierran temporalmente, el flujo sanguíneo cerebral se reduce y el nivel metabólico del cuerpo se reduce significativamente. Si el bebé se despierta repentinamente durante una etapa de sueño profundo, le provocará una fuerte sensación de malestar.
5. No es aconsejable darse una ducha fría después de sudar.
Los niños son naturalmente activos y propensos a sudar en verano. Los padres deben tener cuidado de no tomar duchas frías cuando sus hijos estén sudando. Si se enjuaga con agua fría después de sudar, los poros del cuerpo se cerrarán rápidamente y el calor no podrá disiparse ni almacenarse en el cuerpo, lo que afectará las funciones corporales. Algunos virus del resfriado se aprovecharán de la situación y su bebé se enfermará fácilmente. Especialmente en la estación calurosa, la cabeza es propensa a sudar después del ejercicio. Si se lava el cabello con agua fría en este momento, estimulará fácilmente las arterias intracraneales, lo que puede provocar una función anormal de los vasos sanguíneos intracraneales, provocando mareos, dolor de cabeza, oscurecimiento de los ojos e incluso vómitos. Los expertos sugieren que una mejor manera de refrescarse es tomar un baño tibio media hora después del ejercicio, lo que favorece más la regulación de la temperatura corporal y la relajación del tejido muscular de todo el cuerpo.
6. El tiempo de aire acondicionado no debe ser demasiado largo.
En habitaciones que han estado climatizadas durante mucho tiempo, debido a que las puertas y ventanas están bien cerradas, la cantidad de aire fresco en la habitación es baja y la habitación está seca. La piel de los niños es mucho menos capaz de regular la humedad que la de los adultos. Los niños se cansan fácilmente si se quedan mucho tiempo. Además, la exposición prolongada al aire frío y seco reduce la resistencia del tracto respiratorio y del tracto digestivo, y algunos virus y bacterias pueden aprovecharlo y causar infecciones del tracto respiratorio superior y diarrea.