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¿Cómo planificar la dieta de un día en verano?

En la dieta de verano, siga los siguientes cuatro principios: Coma menos frutas calientes. La medicina tradicional china cree que cuando los alimentos ingresan al cuerpo, tendrán efectos "fríos, calientes, tibios y fríos". Si no es tibia ni caliente ni fría, se clasifica como "plana". Cada fruta tiene sus propios atributos y generalmente se divide en tres categorías: "tibia", "fría" y "dulce". Las llamadas frutas calientes se refieren a frutas con alta densidad calórica y alto contenido en azúcar. Es fácil enfadarse después de comer. Las frutas calientes incluyen: dátiles, castañas, melocotones, albaricoques, longanes, lichis, cerezas, granadas, piñas, durianos, etc. Las personas con constitución caliente deben consumir esta fruta con moderación.

Coma menos carne, especialmente cordero y ternera, lo que puede hacer que la gente se enoje fácilmente. Cuando la temperatura supera los 35°C, las personas aumentan la viscosidad de la sangre debido a la sudoración, se vuelven inquietas y tienen peor temperamento al comer carne. En segundo lugar, la proporción de calcio en la carne no es alta. Comer demasiado hará que la concentración de calcio en el cuerpo sea demasiado baja y aumentará la tendencia de las personas a estar irritables y irritables. El consumo excesivo de carne puede endurecer los vasos sanguíneos y aumentar la presión arterial.

Comer menos cacahuetes, nueces, anacardos, piñones, semillas de melón, almendras, pistachos y otros frutos secos. Los frutos secos son muy ricos en calorías. 50 gramos de semillas de melón contienen la misma cantidad de calorías que un plato grande de arroz. Para una persona media, comer unos 30 gramos de frutos secos al día es una cantidad más adecuada. Los frutos secos tienen un efecto termogénico en el organismo, por lo que conviene consumirlos en invierno y menos en verano.

Utiliza condimentos menos picantes. Los condimentos picantes como el anís estrellado, el hinojo, la canela, los granos de pimienta de Sichuan y la pimienta blanca pueden hacer que la boca se seque y sea insoportable, y también pueden causar algunas enfermedades del tracto digestivo y del tracto urinario. Comer condimentos picantes puede provocar estreñimiento, hemorroides, flatulencias, oliguria, dificultad para orinar, dolor de riñones, etc. Al mismo tiempo, también puede provocar enfermedades sistémicas, como estomatitis angular, faringitis, conjuntivitis, picazón, insolación, etc. Las personas que padecen enfermedades crónicas pueden empeorar su condición si consumen especias picantes. Por tanto, no es recomendable utilizar más especias picantes en la cocina de verano.