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Poner la innovación en acción

Todos sabemos que apegarse al pasado no conducirá a buenos resultados, y todos sabemos que la innovación puede abrirnos más posibilidades. Y muchas de nuestras innovaciones simplemente surgen de la idea de "querer innovar", pero no sabemos por dónde empezar su innovación, y al final la innovación queda en nada.

Veamos primero el experimento para entender por qué hemos perdido la capacidad de innovar. Este experimento se llama Marshmallow Challenge.

Marshmallow Challenge es un juego de creación de equipos desarrollado por el diseñador industrial Peter Skillman y sus amigos. Los participantes en este juego se dividen en grupos y a cada grupo se le asigna una bolsa de papel marrón. En la bolsa de papel había veinte tiras de pasta, cruda, ciertamente no cocida, además de un trozo de hilo, un trozo de cinta adhesiva y un malvavisco. El objetivo de este juego es construir una torre lo más alta posible con malvaviscos encima. 18 minutos por equipo. Al final, ya no pudieron sostener con sus manos la torre que construyeron.

Este juego trata sobre la formación de equipos y sobre cómo coordinar y cooperar entre equipos. Es diferente de la prueba de "acertijo". Puedes construir esta torre de varias maneras, como rompiendo espaguetis, atándolos con una cuerda y uniéndolos con cinta adhesiva. Skillman descubrió que los equipos con mejor desempeño eran los de cinco y seis años. En promedio, los niños de jardín de infantes construyen torres de 27 pulgadas de alto. Los directores ejecutivos solo pueden construir torres con una altura de 265,438+0 pulgadas. Los abogados construyeron la torre de 65,438+05 pulgadas de alto. Los peores son los estudiantes de escuelas de negocios. La altura promedio de las torres que construyeron fue de más de 65,438 pulgadas, sólo alrededor de un tercio de la altura de las torres construidas por niños de jardín de infantes.

¿A qué se debe esto? Esto no se debe a que los estudiantes de las escuelas de negocios sean menos inteligentes que los de jardín de infantes. La mayor diferencia, descubrió Skillman, fue que los niños comenzaron a trabajar de inmediato, mientras que los estudiantes de negocios discutieron el tema durante medio día. 18 minutos Los niños de jardín de infantes intentarán poner malvaviscos en la torre en un promedio de 5 minutos y lo intentarán una y otra vez. Los estudiantes de negocios normalmente ponen malvaviscos en la torre sólo una vez, y principalmente en el último minuto. Cuando intentan colocar los malvaviscos en la torre, descubren que los malvaviscos rotos en realidad son más pesados ​​de lo que pensaban.

Esta prueba nos dice una verdad: la innovación es pensar en acción, no pensar y luego actuar.

¿Por qué los niños se mueven más rápido y encuentran soluciones innovadoras que los adultos?

La razón más importante es que los niños no tienen demasiado complejo de perfeccionismo. A los niños no les importa la cantidad de fracasos ni la postura del fracaso. Lo que quieren es seguir intentándolo y empezar de nuevo si fracasan.

Los adultos, en cambio, tienen más miedo al fracaso y creen que el fracaso es una negación de sí mismos y algo extremadamente difícil de afrontar.

Empiece ahora y permítase encontrar formas innovadoras de hacerlo.