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Cómo comer ajo para prevenir el cáncer

1. Consumo excesivo: Comer ajo crudo es más efectivo. Los sulfatos como la alicina pueden mejorar la función gastrointestinal, pero comer ajo crudo es demasiado irritante y su consumo excesivo irritará el tracto gastrointestinal. Especialmente en personas con mala función gastrointestinal, el uso prolongado puede provocar fácilmente gastritis superficial difusa e incluso desarrollar cáncer de recto. Se recomienda tomar 2-3 dientes al día, que se pueden consumir como ajo picado para reducir la irritación y retener más principios activos. 2. Cómelo a la parrilla: Esta forma de comer ocurre a veces en los restaurantes de parrilladas. A altas temperaturas, el ajo produce ácido butírico cancerígeno, y los propios alimentos asados ​​a la parrilla también son propensos a producir carcinógenos como el nitrito, lo que aumenta considerablemente el riesgo de cáncer.

3. Wok: Este método es muy común ya sea en la cocina de tu propio restaurante o en la cocina de un restaurante. No es imposible utilizar un wok de ajo, ¡pero debes prestar atención al calor! Mucha gente suele poner aceite en la olla de ajo después de que empieza a humear. Después de que el aceite humea, la temperatura ambiente puede alcanzar los 200 grados. Una vez que la temperatura supera los 180 grados, no solo se formarán carcinógenos de benceno, sino que el ajo también producirá carcinógenos de ácido n-butírico. Cuanto mayor sea la temperatura, más carcinógenos habrá. La berenjena con pasta de ajo, de uso común, esconde este tipo de riesgo. Por lo tanto, el wok permite sofreír el ajo tanto como sea posible sin que esté demasiado caliente. Además, la alicina se convertirá cuando se caliente y se reducirá significativamente si la fríes. Es mejor añadir el ajo cuando las verduras estén casi cocidas.

¿Existe alguna forma de alimentación nutritiva y saludable que puedas recomendar, que no sólo reduzca la irritación del ajo, sino que también potencie sus funciones: 1. Coma ajo picado directamente: Triture el ajo y cómelo directamente, dejando la mayor cantidad de alicina, que tiene el mejor efecto bactericida y antiviral. Cabe señalar que después de triturarlo y tomarlo 15 minutos después, el aire puede oxidarlo para producir alicina. Comer 2-3 dientes al día también tiene buenos efectos para la salud. 2. Remojar el ajo en vinagre: Pele el ajo fresco, póngalo en una botella de vidrio, ponga el ajo en el vinagre, agregue una cantidad adecuada de azúcar y manténgalo cerrado. Estará listo para comer al cabo de un mes. Este tipo de ajo no sólo pierde el sabor de la comida picante, sino que también sabe mejor y sus nutrientes también se retienen en gran medida. Al encurtir, también tienen un efecto antioxidante, lo que reduce la irritación del tracto gastrointestinal, mejora el sabor y favorece la digestión.

3. Consumir aceite esencial de ajo: triturar el ajo en un bol y verter entre un 70% y un 80% de aceite caliente. Se puede utilizar con comidas y platos fríos. 4. Remojar el ajo en miel: Blanquear el ajo en agua caliente durante 5 minutos, secarlo al sol y remojarlo en miel antes de tomarlo dentro de una semana. La combinación de los dos es un compañero de oro, que llena el defecto del ajo dañando el yin y manteniendo mejor la mucosa gástrica. También puede prevenir enfermedades hepáticas y reducir los lípidos en sangre. No se recomienda en pacientes con úlceras gástricas para prevenir la irritación de la mucosa gástrica. Las personas con enfermedades hepáticas no deberían consumirlo. Aunque el ajo tiene el efecto de proteger el hígado, su efecto anticoagulante echará más leña al fuego en pacientes con enfermedades hepáticas que ya padecen trastornos de la coagulación.