Red de conocimiento de recetas - Recetas gastronómicas - La locura de pelar frutas

La locura de pelar frutas

Gracias a ti desde siempre, ya no me siento solo, monótono e indefenso.

-Inscripción

Mamá, tengo mucho que decirte, pero nunca me atrevo a decirlo delante de ti. Hoy justo aprovecho para escribir un artículo para hablar de ello.

Desde que tengo memoria siempre has sido muy trabajadora y capaz en mi impresión. Te encargas de todo, trabajas constantemente y te dedicas a esta familia.

Me encontré con una foto tuya y de tu padre. En la foto, tienes el pelo largo, cejas suaves y una leve sonrisa en la comisura de tu boca. Eres tan hermosa y encantadora que no me atrevo a engañarme. Desde aquí puedo imaginar cuántas personas te han perseguido y cuánto esfuerzo puso tu padre para casarse contigo. Pero a lo largo de los años, has hecho esto y aquello por esta familia, envejeciendo y arrugando un poco tu hermoso rostro, ásperas tus hermosas manos y provocándote enfermedades de la piel. Tus manos están llenas de grietas, lo que te entristece, pero aún son muy flexibles.

Recuerdo unas vacaciones de verano, tenía mucha fiebre porque jugaba demasiado como loco. Durante el día, me hervías medicina china una y otra vez. Para hacerme tomar malas medicinas, trituraste azúcar de roca y la pusiste en medicina china, y luego me la diste cuchara a cuchara por la noche, ni siquiera pestañeaste; Te quedaste quieto y vigilaste mi cama, tomando tu temperatura, entregando agua y administrando medicamentos. Pero por la noche, la temperatura corporal, que se había mantenido estable, aumentó rápidamente. Empezaste a estar ocupado conmigo otra vez y esto duró tres días completos. Todavía recuerdo tu mirada demacrada, pero simplemente sonreiste y me dijiste: "Me alegro de que estés bien".

Aún recuerdo cuando pelaste la fruta para nosotros. La cáscara roja de la manzana cae con tus hábiles manos, como una cinta que cae. Nunca comes fruta pelada. Dámelo a mí y a mi hermana. Sonreíste cálidamente ante nuestras expresiones de satisfacción.

Mamá, es tu arduo trabajo, día y noche, lo que me ha permitido pasar de ser un niño balbuceante a un adolescente fuerte y sensato. Tu amor es como un gran paraguas, como un hilo de cálido sol en invierno, que hace que cada día de mi vida esté lleno de felicidad. Mamá, viendo tus esfuerzos, siempre quiero decirte: "Gracias, querida madre, utilizaré los mejores resultados para recompensar tu arduo trabajo y tu amor".