La forma correcta de criar tortugas brasileñas
1. Volumen de agua
La tortuga brasileña es una tortuga de agua. El agua se puede mantener no demasiado profunda, pero hay que cruzar el lomo. Si parte del caparazón de la tortuga permanece en el agua durante mucho tiempo y parte está expuesta al aire, puede provocar fácilmente anomalías en el caparazón de la tortuga, lo que no solo afecta la apariencia, sino que también afecta el crecimiento normal de la tortuga.
2. Tomar el sol
En la reproducción diaria, las tortugas brasileñas necesitan tomar el sol boca arriba, es decir, dejar algo de espacio en sus estanques, cajas y tanques para tortugas, o ponerlos. sobre ellos Una roca para que trepen y tomen el sol. Tomar el sol puede promover la absorción de calcio, ayudar al crecimiento y la esterilización.
Paso 3: Alimentación
Las tortugas brasileñas no necesitan ser alimentadas con demasiada frecuencia porque la velocidad de digestión de la tortuga es muy lenta. Aliméntelo cada dos días, y la cantidad que le dé cada vez será aproximadamente del tamaño de su cabeza actual. Lo mejor es alimentar con peces pequeños y camarones, pero también se puede alimentar con carne magra, pollo y otras carnes.
4. No contactes con demasiadas personas.
Si tienes tortugas de agua en casa, puedes observarlas, pero no es conveniente sacarlas a menudo, porque las tortugas son tímidas y tocarlas muchas veces con la mano las asustará. A veces, sacarlos durante un rato y luego ponerlos inmediatamente en el agua puede conllevar fácilmente el riesgo de asfixia. Así que cuando los saques y los vuelvas a poner, debes ponerlos en tierra y dejarlos volver al agua.
5. Diferencia de temperatura
Presta atención a los cambios en la diferencia de temperatura. Lo que temen las tortugas son las grandes diferencias de temperatura, que pueden provocar resfriados, neumonía y, en casos graves, la muerte. Por tanto, también es una medida para evitar cambios bruscos de diferencia de temperatura. Al igual que en verano, los sacas a jugar y la temperatura puede llegar a los 30 grados, pero cuando los vuelves a meter en el agua, de repente vuelven a los 20 grados. Este tipo de diferencia de temperatura se llama velocidad de tortuga, e incluso a nosotros nos cuesta adaptarnos a ella.