Menú de almohadas campestres
Dormir es muy importante para las personas, ya sea en zonas rurales o urbanas. La artemisa se usó originalmente para la acupuntura, que puede estimular los puntos de acupuntura, calentar los meridianos, activar los meridianos y disipar el viento y el frío. Al mismo tiempo, la artemisa también se puede utilizar para mover músculos y huesos y aliviar el dolor en invierno. Muchos centros ofrecen ahora fisioterapia de moxibustión y fumigación con palos de moxa, aprovechando sus propias funciones especiales.
Las personas mayores de las zonas rurales suelen utilizar artemisa como almohadas, lo que puede mejorar su vista, calmar sus nervios y aliviar el insomnio. Los pasos para hacer una almohada son los siguientes: primero recoger el ajenjo, luego limpiarlo, picarlo y finalmente secarlo, y luego poner el ajenjo seco en una funda de almohada. De esta forma se completa la producción de la almohada de artemisa. De hecho, estas almohadas tendrán un aroma especial a artemisa cuando dormimos, lo que favorece más un buen sueño.
Según el "Compendio de Materia Médica", la artemisa puede utilizarse como medicamento, con propiedades cálidas, cinco venenos, dragado de meridianos, favoreciendo la circulación sanguínea y deteniendo hemorragias, etc. Por lo tanto, usar artemisa como almohada es más efectivo, razón por la cual la población rural suele usar artemisa como almohada. De hecho, además de esta función, la artemisa también tiene el efecto de esterilización y desinfección. Las almohadas en las que solemos dormir tienen muchas bacterias. La artemisa puede matarlas y también es muy beneficiosa para nuestro cuerpo humano.
La almohada de artemisa tiene las funciones de esterilizar y disipar el frío, mejorar la vista y calmar la mente, dragar los vasos sanguíneos cerebrales de las personas mayores y prevenir enfermedades cardiovasculares. Por eso este tipo de almohada es muy popular en nuestro país.