Los cacahuetes fritos son muy sencillos de hacer, ¿por qué no pueden quedar perfectos sin importar cómo los hagas?
¿Cómo hacer cacahuetes fritos sin quemarlos? Parece bastante sencillo, pero muchos amigos todavía fríen cacahuetes, que se queman fácilmente. Los maní fritos quedan muy crujientes y el color es bonito cuando vas a un restaurante como refrigerio. ¿Existe algún secreto para los cacahuetes fritos en los restaurantes?
Hay un truco: los cacahuetes fritos en los restaurantes suelen freírse unos diez kilogramos cada vez, se pueden conservar durante una semana si se dejan enfriar y no se ablandan. Si lo haces en casa, por supuesto que no necesitas freír tanto. El principio de freír es el mismo. Hay 3 consejos para decirle adiós al fenómeno de la pasta de maní frita.
Consejo 1: Blanquear los cacahuetes. Quizás te sorprendas, ¿no es una tontería? Nunca he oído hablar de que haya que hervir los cacahuetes fritos. Le garantizo por años de experiencia como chef que esto tiene beneficios. Así es como los restaurantes fríen el maní. La ventaja es que se acorta el tiempo de fritura. El maní que se blanquea y luego se fríe no se quema fácilmente, las partículas quedan regordetas y el color es hermoso. Después de que hierva el agua, añadir los cacahuetes y blanquearlos durante 20 segundos, escurrirlos y freírlos nuevamente.
Consejo 2: Control de la temperatura del aceite.
En cuanto el aceite cubra los cacahuetes, calentar el aceite hasta que esté un 30% caliente Añadir los cacahuetes blanqueados, bajar a fuego lento y sofreír lentamente, empujar suavemente con una cuchara para calentar uniformemente. A medida que el agua de los cacahuetes se evapore, emitirán un crujido. Fríelos durante otros dos minutos y sácalos. El color debe ser más claro, si lo sacas cuando el color es el adecuado al freír, debe ser demasiado, porque la temperatura residual aún es muy alta, lo que hará que el maní se vuelva blando.
Consejo 3: Distingue escuchando el sonido.
Este es el truco más preciso y eficaz, y los chefs de restaurantes utilizan este truco para juzgar. Después de freír hasta que haga un crujido, recoja el maní con una espumadera en su mano derecha, déjelo caer desde unos 20 centímetros por encima del dorso de la cuchara de hierro que sostiene en su mano izquierda, y cuando escuche un sonido crujiente, significa que está listo. Si el sonido que escuchas es apagado, continúa friendo y usa el mismo método hasta que escuches un sonido crujiente.
Soltarlo en un plato y extenderlo para que el calor se disipe rápidamente. Cuando esté casi frío basta con espolvorearlo con sal. No agregues sal si está demasiado caliente, ya que se convertirá en agua salada y ablandará el maní. No agregues sal cuando esté completamente frío, de lo contrario los cacahuetes no sabrán bien si no se pegan.