La función del ginseng es reponer la vitalidad, eliminar los fluidos corporales y calmar la mente. Tratar fatiga, fatiga, anorexia, astenia, náuseas y vómitos, heces blandas, tos y asma, sudoración espontánea, palpitaciones, olvidos, mareos y dolor de cabeza, impotencia, micción frecuente, sed, metrorragia, convulsiones lentas en niños, fatiga crónica e insuficiencia. Qi, sangre y fluidos corporales. Los efectos del té de ginseng son naturalmente los mismos que los del ginseng, pero las propiedades medicinales son cada vez más suaves. Entre los tónicos de invierno, el ginseng es el más tabú. El ginseng puede reponer en gran medida la vitalidad y es la primera opción como tónico. A menudo decimos que al comer ginseng se deben evitar los rábanos y el té. ¿Es esto razonable? El rábano, especialmente la semilla de rábano (llamada "semilla de rábano" en la medicina china) tiene el efecto de romper el Qi, digerir y consumir sangre, que es exactamente lo opuesto al ginseng. Si se toman ginseng y rábano al mismo tiempo, el efecto tónico del ginseng se verá compensado, pero su validez científica debe ser confirmada mediante más investigaciones. Entonces, ¿existe alguna base científica para tomar té de ginseng? Las investigaciones modernas muestran que el té contiene cafeína y otras sustancias que pueden excitar el sistema nervioso central.
Todos tenemos esta experiencia de vida. Cuando bebemos té fuerte, a menudo sufrimos de insomnio e irritabilidad, causadas por una excitación excesiva del sistema nervioso central. Asimismo, el ginseng tiene un efecto similar y puede mejorar el proceso excitador de la corteza cerebral. Por lo tanto, tomar ginseng y té al mismo tiempo mejorará en gran medida este efecto y provocará fácilmente efectos secundarios como falta de sueño nocturno, irritabilidad, sensación de sensación de saciedad y dolores de cabeza. Es especialmente malo para aquellos pacientes con nerviosismo o neurastenia. Por lo tanto, es razonable evitar el té, especialmente el té fuerte, cuando se toma ginseng. En cuanto a si se deben evitar las cebollas, el jengibre, el ajo, los estimulantes picantes y los mariscos, existen registros tradicionales, pero no hay base científica. Solo podemos decir que "las personas benévolas tienen opiniones diferentes y las personas sabias tienen sabiduría".