¿Cómo te sientes cuando los triglicéridos están altos en tu cuerpo?
La hiperlipidemia moderada no suele provocar ninguna molestia, pero la ausencia de síntomas no significa que los lípidos en sangre no estén elevados. Es importante controlar periódicamente los lípidos en sangre. Los pacientes con triglicéridos ligeramente elevados son asintomáticos. Si los triglicéridos altos son graves, los pacientes pueden experimentar mareos, dolor de cabeza, opresión en el pecho, pánico, dolor de corazón y otros síntomas, principalmente porque los triglicéridos altos pueden provocar un infarto cerebral o una enfermedad coronaria existente.
El colesterol se divide en cuatro categorías: lipoproteínas de baja densidad (LDL), lipoproteínas de alta densidad (HDL), lipoproteínas de baja densidad (VLDL) y colesterol libre. El nivel elevado de TEM de lipoproteínas de baja densidad está directa y positivamente relacionado con la aterosclerosis y las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Los cambios en el estilo de vida incluyen abstenerse de consumir alcohol, llevar una dieta baja en grasas, consumir calorías moderadas y hacer ejercicio moderado. Si los triglicéridos aún no alcanzan el objetivo, se debe realizar un tratamiento farmacológico bajo la supervisión de un médico, que incluya hipolipemiantes, niacina y estatinas.
La dieta es baja en grasas, baja en colesterol y baja en ácidos grasos saturados, es decir, las grasas representan entre 20 y 25 del total de calorías diarias y el colesterol es inferior a 300 mg/día. . No ingerir alimentos ricos en grasas y colesterol como grasa animal, carnes grasas, tortas de crema, piel de pollo, despojos, huevos de pescado, etc. En primer lugar, la hiperlipidemia hará que la sangre se vuelva pegajosa, afectando a todo el sistema circulatorio y tiene efectos evidentes en el corazón y los nervios, como pánico, opresión en el pecho, mareos, dolores de cabeza, etc. Si la enfermedad del hígado graso progresa, se producirá hinchazón abdominal. Si el hígado graso continúa transformándose en cirrosis provocada por el hígado graso, se producirán náuseas, vómitos e incluso ascitis, acompañados de un estómago grande.