En general, ¿cuál es la temperatura adecuada para almacenar el té?
El té generalmente es adecuado para refrigeración, lo que puede reducir el proceso de oxidación de varios componentes del té. Generalmente, el efecto de almacenamiento es mejor alrededor de los 10 ℃. Cuando las hojas de té se exponen a altas temperaturas, las enzimas se activarán, acelerando la tasa de oxidación de las hojas de té, reduciendo así la calidad y el sabor de las hojas de té. A temperaturas más bajas, la actividad enzimática de las hojas de té se ralentizará, lo que puede inhibir eficazmente la reacción de oxidación de las hojas de té.
Almacenar el té en un ambiente adecuado a baja temperatura puede mantener eficazmente la frescura y la calidad del té, prolongar su vida útil y evitar problemas como la transferencia de olores y la humedad en el té. Sin embargo, diferentes tipos de té pueden tener diferentes requisitos de almacenamiento. En el almacenamiento real, es necesario realizar ajustes específicos según el tipo y las características del té.
Precauciones en el almacenamiento del té
El recipiente en el que se almacena el té debe mantenerse limpio para evitar que queden más manchas y olores en el recipiente, que pueden tener efectos adversos en el té. Los utensilios se pueden esterilizar con agua ligeramente salada. Preste atención a la limpieza y al secado para evitar humedad residual. Además, el ambiente en el que se almacena el té debe mantenerse limpio e higiénico, y tratar de evitar impurezas, polvo y otros contaminantes.
El té es muy sensible a la humedad, por lo que cuando lo guardes, asegúrate de que el recipiente esté sellado. Si el contenedor de almacenamiento se deforma o daña durante el uso, no se puede volver a utilizar. El ambiente donde se almacena el té también debe mantenerse alejado de la humedad. Las medidas a prueba de humedad incluyen colocar desecante en la habitación donde se almacena el té y mantener la habitación ventilada.