La tortuga odia el comportamiento de su dueño.
1. Evitar al dueño: cuando el dueño se acerca a la tortuga, esta puede esconderse o darle la espalda. Si la tortuga suele estar muy cerca de su dueño, pero de repente lo evita, significa que puede sentirse incómoda o no gustarle a su dueño.
2. Mordedura o ataque: Si una tortuga se siente amenazada, puede sacar la cabeza para morder o levantar las garras para atacar a su dueño. Si esto sucede, el propietario debe aliviar la tensa relación a tiempo y nunca utilizar la violencia ni el castigo.
3. Incapacidad para comer o indigestión: Las tortugas son carnívoras, pero también necesitan comer plantas y alimentos omnívoros. Si el propietario no presta atención a proporcionar la comida y la temperatura correctas a la tortuga, puede provocarle anorexia o indigestión, provocándole algunas molestias.
4. Actividades anormales: Una tortuga sana debe hacer una cierta cantidad de ejercicio, pero si la tortuga no quiere hacer ejercicio, o nunca se mueve delante del dueño, significa que puede estar infeliz o sufriendo algún tipo de influencia de malestar.
Este es el disgusto de la tortuga hacia su dueño. Siempre que el dueño observe atentamente a la mascota y comprenda su personalidad y preferencias, podrá tratarla mejor y garantizar su salud y felicidad.