Cómo hacer arroz con frutas
Primero, ver a la otra persona cocinar me hace culparme por no poder ayudar. No puedo cocinar desde que era niña. Intenté aprender a cocinar varias veces pero fracasé, así que ahora nunca más vuelvo a la cocina. Cada vez que voy a cenar a casa de otra persona, la preparan en la cocina durante mucho tiempo. Solo puedo sentarme en la sala en silencio sin que nadie me ayude. Como mucho los ayudo a limpiar la sala, pero verlos charlar alegremente en la cocina me hace sentir muy aislado. Muy exigente cada vez que como. Si es un plato cocinado por otra persona, sólo puedo elogiarlo por lo delicioso que está, y no puedo decir nada en contra, lo que también me hace sentir muy incómodo. Así que cada vez que voy a comer a casa de otra persona, actúo de forma muy antinatural.
La segunda es que habrá otras personas en casa, lo que resulta muy incómodo. Cada vez que vamos a cenar a casa de alguien, nos encontramos con que hay otras personas en su casa. Algunas personas viven con sus ancianos, por eso tenemos que comer con ellos cuando comemos. Estos ancianos nos darán comida con entusiasmo, pero a mí no me gusta este método. Aunque siempre me siento molesto, en la superficie me siento muy feliz, así que creo que esto es un poco hipócrita. Cada vez que voy a cenar a casa de otra persona, me siento muy comedido. Porque siento que este es un entorno con el que no estoy familiarizado, y él está muy familiarizado con este entorno, lo que me vuelve muy inseguro.
Cada vez que voy a casa de otra persona, no me atrevo a moverme porque tengo miedo de tocar sus cosas y que mi comportamiento le cause problemas a la otra persona. Por eso me siento muy nervioso cada vez que voy a la casa de otra persona a comer, y siempre me da vergüenza recoger la comida.