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¿Cómo se mantienen los soldados que custodian el Puesto Medog en el Tíbet?

Medog, Tíbet, tiene un terreno peligroso y un clima severo, lo que lo hace inaccesible mediante medios de transporte ordinarios. Es muy difícil para los centinelas que custodian Medog proporcionar suministros diarios, por lo que generalmente transportan suministros diarios hasta allí. mano de obra. Recientemente, ha surgido un nuevo método de transporte: la entrega en punto fijo con drones. De esta forma, los soldados que custodian el puesto de avanzada de Medog también pueden comer verduras frescas, carne, huevos y leche. 1. Los soldados del Puesto Medog en el Tíbet no temen las dificultades de la vida y aún se mantienen en sus puestos.

Medog, Tíbet, es como una isla aislada. Debido al terreno peligroso y al duro clima, es imposible cultivar verduras y frutas, y sólo se puede esperar a que lleguen las necesidades diarias. Pero como no hay ninguna razón decente, durante muchos años los suministros se han transportado al puesto de avanzada en forma de mano de obra. Por tanto, a los soldados les resulta difícil comer verduras frescas, frutas, carne, huevos, leche, etc., y sólo pueden comer verduras deshidratadas, alimentos enlatados, etc. que puedan almacenarse durante mucho tiempo. 2. En vísperas del Día Nacional, finalmente se utilizó equipo de entrega con drones y los soldados obtuvieron verduras y frutas frescas, etc.

El uso de la entrega con drones permite a los soldados ahorrar mano de obra y no necesita transportar específicamente las necesidades diarias. Además, la entrega con drones es muchas veces más rápida que el trabajo humano y puede transportar las necesidades diarias, como arroz, harina, cereales. aceites y verduras. Frutas, carnes, huevos, leche, entrega personal de cartas, etc. se entregan mediante drones. No hay problema en transportar decenas de kilogramos a la vez. 3. Felicitaciones a los soldados por finalmente comer comida deliciosa. Cada metro y cada mijo se ganan con esfuerzo. A los niños se les debe enseñar a valorar la comida.

Los soldados tenían que pasar por varios altibajos antes de poder comer frutas, verduras, carne, huevos, leche, etc. frescos, por lo que apreciaban mucho la comida. Vivimos en ciudades y puede resultarnos difícil apreciar el valor de estos cereales y verduras, especialmente para nuestra próxima generación, que piensa que las verduras y las frutas no son preciosas y hay muchas en los supermercados. Por lo tanto, los padres pueden aprovechar esta oportunidad para enseñar a sus hijos cómo valorar la comida y la vida. Hágales saber que nada es fácil y no se puede desperdiciar.

¿No admiramos también a los soldados de Medog, en el Tíbet, que todavía pueden permanecer en sus puestos en un entorno tan difícil?