La composición de los frutos cosechados por el tío granjero.
Llegamos al huerto. ¡Vaya, hay muchas frutas! Hay peras, granadas, manzanas, caquis… demasiadas para contarlas. La flor más llamativa del suelo es el crisantemo. Hay crisantemos morados, amarillos y blancos como la nieve que nos saludan con la cabeza con frecuencia. Empezamos a recoger frutas. ¡Los árboles frutales crecen tan altos! Me puse de puntillas y salté sin tocar la fruta. Afortunadamente, mi madre trajo una escalera, de lo contrario nuestra cesta de frutas no tendría los frutos de mi trabajo.
Atravesando el huerto llegamos a un campo de arroz dorado. Al igual que una ráfaga de viento, los campos de arroz agitaron olas de arroz dorado. ¡Qué hermoso! También vi a los tíos granjeros cosechando arroz. Algunos se inclinaban para cortar el arroz, otros recogían el arroz cortado y otros lo metían en cestas. Su trabajo me hizo comprender el significado de un poema: "Es mediodía cuando estamos deshierbando y el sudor gotea por la tierra, pero cada comida es un trabajo duro".
El otoño es realmente una estación de cosecha. .