¿En qué tipo de ambiente y clima viven los soldados que viven en la frontera de Medog en el Tíbet?
Muchas personas que han viajado a Medog dicen que es un lugar hermoso, pero también es un lugar que sólo se puede visitar una vez en la vida. Aquí la gente no sólo se ve afectada por el frío y la falta de oxígeno en la meseta, sino que también es atacada por diversos venenos salvajes en la oscuridad. Sanguijuelas, abejas venenosas, serpientes venenosas, escorpiones... Para poder hacer frente a estos insectos venenosos que se esconden en hojas, pajares y arroyos, los soldados estacionados en Medog deben envolverse en tres capas cada vez que salen a patrullar. De esta manera, la sangre de la omnipresente sanguijuela seguirá goteando, provocando innumerables heridas nuevas y viejas. El agua repelente de insectos común no tiene ningún efecto sobre estos insectos. Incluso si los miembros del equipo usan cinta transparente para tapar el espacio entre el cuello, los puños y los pantalones, todavía no tiene ningún efecto.
Algunas personas han contado que cada vez que salen y la distancia es demasiado grande, todos serán succionados por al menos 50 sanguijuelas, y las medidas para prevenir las picaduras de mosquitos hacen que la ropa sea gruesa, hermética, mojada y pegajosa. La incomodidad se convierte en un hábito común para ellos.
En tales circunstancias, estos hombres duros aún se apegan a su decidida misión de patrullar, vigilan esta línea de defensa fronteriza y protegen a millones de personas. ¡Son héroes dignos!