¿Por qué a veces quieres comer la comida que cocina tu madre?
El hogar es el lenguaje profundo del amor; el hogar es el regaño; el hogar son los días triviales que pasan página tras página; el hogar son las ristras de pimientos rojos que cuelgan bajo los aleros.
No importa dónde estés, nunca estarás lejos de casa. Porque el hogar es el hilo en manos de una madre amorosa. Se cose firmemente a su cuerpo antes de irse. No importa lo lejos que esté de casa. La sensación de hogar es siempre tan cálida, llena de consejos de madre y cuidado de padre, que nunca olvidaré.
El hogar es un refugio para los vagabundos, un hábitat para el amor, una estación para el alma y un paraíso para el espíritu. Es consejo en el trabajo; es paraguas cuando llueve; es regaño cuando estás enfermo y esperas pacientemente; es tolerancia mutua cuando discutes;
Es la sonrisa cómplice cuando un niño abraza sus rodillas; es la comprensión tácita entre los ojos; es la llamada telefónica que los padres extrañan profundamente y que les importa cuando deambulan por el extranjero; preocupación de los vagabundos errantes.
El río en mi ciudad natal lleva tranquilamente la tranquilidad de sus años, y las arboledas junto al río miran fijamente al río de enfrente. En la orilla del río, de color blanco verdoso, de vez en cuando se escuchan ranas y tambores. Las libélulas revoloteaban suavemente en medio del río y, cuando bajaban, despertaban el agua dormida del río. Grupos de patos salvajes jugaban alegremente en el río.
Amo mi hogar, un hogar feliz y cálido. Todos los días, cuando me levanto, veo a mis padres ocupados; cada vez que terminan las clases, habrá comidas deliciosas en la mesa; cada vez que tengo dificultades en el estudio, mis padres siempre me lo explican con paciencia cuando estoy enfermo; siempre estan conmigo...todo esto me hace sentir que mi hogar esta lleno de sol y calidez incomparable.